No hay evidencias que garanticen la seguridad y eficacia del cigarrillo electrónico como alternativa al tabaco o como ayuda para dejar de fumar.
El vapor de los cigarrillos electrónicos puede aumentar las bacterias que causan neumonía. Así lo afirma un estudio publicado en “European Respiratory Journal”. En concreto, muestra que el vapor del denominado e-cigarrillo, tiene un efecto similar al cigarrillo tradicional o de la contaminación por combustibles fósiles, que aumentan la susceptibilidad a la infección pulmonar por bacterias neumocócicas.
Por otra parte, la Agencia Internacional contra el Cáncer (IARC por sus siglas en inglés), ha indicado que algunos productos presentes en los vapores que produce el cigarrillo electrónico, acroleína, aceltadehído o el formaldehído, son cancerígenos.
Es muy cuestionable que el cigarrillo electrónico pueda servir como método para dejar de fumar, por cuanto mantiene el habito de inhalar humo.
El método más eficaz para dejar de fumar sigue siendo una combinación de apoyo psicológico, para combatir la dependencia psíquica del fumador por el cigarrillo, más un tratamiento farmacológico para combatir la dependencia física por la nicotina.
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